La muestra de sangre o LCR ayudan a determinar diversos elementos que podrían confirmar un posible ACV. Para la toma de muestra es indispensable que cumpla con consideraciones, especialmente de integridad y cantidad. No debe ser contaminada ni estar una cantidad que no sirva para las técnicas moleculares.
Los análisis sanguíneos (sangre vascular periférica), permiten obtener información como:
- Determinar tiempos de coagulación.
- Niveles de azúcar en sangre (hiperglicemia). Los niveles elevados indican un peor pronóstico en el caso de algunos ACV (aunque no las hemorrágicas o las lacunares).
- Medición del glutamato (aminoácido). Los niveles elevados indican un ACV grave.
- La respuesta inflamatoria del cerebro estimula la liberación de ciertos marcadores usados para diagnosticar un accidente cerebrovascular. La proteína C-reactiva, las enzimas llamadas troponinas y los índices elevados de sedimentación globular son también indicadores del proceso inflamatorio y pueden predecir un mayor riesgo de ACV y un peor pronóstico en personas con embolia existente.
- Los niveles elevados de lipoproteína (a) pueden revelar la posibilidad de un aneurisma no roto, algo que puede confirmarse con una resonancia magnética (RM).
La aplicación de técnicas de
biología molecular a la neurocirugía ha dado lugar a una mayor comprensión de
los procesos de enfermedad (en este caso vascular) que afectan el cerebro.
Estos métodos incluyen técnicas como:
- la citogenética avanzada
- tecnología de microarrays
- la imagen molecular de las células
- la terapia
génica
- utilización de células madre.